El camino no hizo más que empezar dejando atrás miles de millas andadas, cargando con la mochila de lo vivido, el loco, más cuerdo que nunca se enfrenta al destino de sus decisiones..
la inercia de su movimiento le lleva a sentirse al borde del precipicio cada vez que uno de sus pies se despega del suelo, para más tarde con una fuerza desgarradora enraizar nuevamente en tierra ganando firmeza con el constante ritmo de su caminar.
Sólo....,sin más compañía que el universo, enfrentándose a si mismo, construyendo a cada paso un nuevo destino, olvidando el presente en cada nuevo instante de un ya pasado futuro.
Su conciencia, como la mordedura de un perro intenta mantenerle aferrado a lo vivido, pero en su afán de libertad se sacude de las oscuras fauces, quedando como único recuerdo del antaño, cicatrices en sus piernas que le aportan la sabiduría de lecciones de vida, aprendidas desde ya mucho antes de existir.
El loco rie , rie mirándose en el espejo de su alma ,como si supiera que el reflejo de su rostro no es más que el de un bufón obligado a entretener a su señor, mientras la arena del tiempo cae lentamente de nuevo para formar los caminos que más tarde quizás transite.
El loco, señor de los caminos, dueño de la seguridad y la incertidumbre, despojado de toda atadura, amarrado sin embargo al yunque del aprendizaje....